Mucha gente tiene historias familiares difíciles y pesadas, quizás con traumas no resueltos. Al menos la mía los tenía. Gracias a las constelaciones encontré explicaciones y perspectivas nuevas y me ayudó a encontrar paz. ¿Estas dinámicas familiares pueden generar enfermedades? Parece difícil de creer y es así. Vi ejemplos conmovedores en un taller de Stephan Hausner en Barcelona, un constelador alemán que utiliza las constelaciones familiares en el entorno de la salud. Me impresionó su manera respetuosa de tratar a los clientes y su capacidad de crear un entorno con el grupo que era libre de juicio y de tratar los hechos pesados y situaciones difíciles con amor. Después de esta experiencia impactante me alegré mucho de haber tenido la posibilidad de hacer una entrevista con él para presentaros su valioso trabajo:
¿Qué son
las constelaciones familiares?
No es una
pregunta fácil. Si preguntas esto a diferentes consteladores, llegarán tantas
respuestas diferentes como personas a las que has preguntado. En realidad, no
utilizo tanto el término "constelación familiar", lo he substituido
por “constelaciones sistémicas” porque mi trabajo se trata de las familias en
primer lugar, pero también más allá de las familias. Las constelaciones sacan a la luz como los traumas de nuestros
antepasados, con los que estamos vinculados por destino, sobreviven e influyen
en la vida de los descendientes. Bert Hellinger abrió el camino para
este método. Mi imagen de una constelación es que se trata, entre otras cosas,
de desplazar un proceso interno hacía fuera. Utilizo este trabajo con
frecuencia en el contexto médico porque corresponde con mi experiencia.
¿Cómo has
descubierto las constelaciones familiares para tu trabajo?
Hace 25
años que trabajo como homeópata, mi interés original fue la medicina
tradicional china y también la antigua medicina griega. Ambas son medicinas que
tratan de descubrir lo que está en desorden en el cuerpo a través de un sistema
diagnóstico e intentan restablecer el orden poniendo en marcha un estímulo adecuado.
Me dediqué a la homeopatía durante mucho tiempo y la búsqueda constante para
reducir los procesos de tratamiento y para comprender la enfermedad y los
fenómenos de curación me llevó a una conferencia en la que encontré a Bert
Hellinger y descubrí su trabajo. Cuando le escuché
hablar del orden en los sistemas familiares fue fácil para mí conectar sus
ideas con la comprensión de la salud de las medicinas tradicionales, de tal
manera que un desorden en el sistema familiar puede crear dificultades en la
vida cotidiana y el trabajo de las constelaciones familiares es el método
elegido para sacarlo a la luz.
El trabajo
de las constelaciones significa que tengo la posibilidad de constelar un
sistema de relaciones físicamente con representantes en una sala y luego sucede
algo que nadie puede explicar realmente hasta ahora: los representantes sienten
como sienten las personas reales. Todavía no se puede explicar por qué es así,
pero se comprueba una y otra vez que es así y se puede trabajar con las dinámicas
y los movimientos que aparecen allí. Así se puede observar cuales son las
conexiones no saludables en una familia y qué conexiones sí lo son. A través
del proceso terapéutico es posible restaurar nuevamente un orden en el sistema
para que se puedan convertir los vínculos no
saludables en saludables.
¿Qué es la
medicina sistémica?
Para mí,
una de las observaciones más importantes en el trabajo de las constelaciones
con enfermedades es que una enfermedad no es un fenómeno personal. Muchas enfermedades sólo pueden ser entendidas cuando
son observadas en un contexto más amplio. La
medicina sistémica significa para mí que hay enfermedades que deben ser
comprendidas ampliando el sistema y a través de este sistema más amplio se
puedan abrir nuevos espacios para que surjan movimientos sanadores.
¿Qué es lo que te fascina?
Considero
el trabajo de las constelaciones especialmente apropiado si los métodos buenos
del tratamiento hasta ahora no muestran el éxito esperado. A menudo encuentro a
pacientes que están en manos de médicos buenos y no obstante no mejoran. Muchas
veces esto es una señal que detrás de la enfermedad actúan dinámicas
familiares. Colaboro desde hace muchos años con una pediatra homeópata y, si no
logra los efectos deseados con los niños, manda a sus padres a hacer una
constelación conmigo. Muchas veces pasa que el remedio homeopático que antes no
ha surtido efecto empieza a actuar de repente después de que los padres hagan
la constelación. Lo que me fascina, sobre todo, es que este trabajo se dirige
al poder de la auto-curación de los pacientes y lo
ideal sería una actividad médica sin el uso de la medicación. En realidad, es
una forma de medicina relacional o de encuentro.
¿Qué son enfermedades que con frecuencia tienen un
origen en la dinámica familiar?
Creo que
una enfermedad siempre tiene acontecimientos multifactoriales. Multifactorial
significa que hay un componente físico, emocional y espiritual y probablemente
también un componente familiar. Básicamente se puede trabajar para todas las
enfermedades con las constelaciones aunque no es necesariamente útil para
todas. Las constelaciones tienen sentido para
las enfermedades crónicas tales como las enfermedades auto-inmunes, alergias,
cánceres y cuando tratamientos buenos no muestren el efecto deseado.
¿Qué
potencial tienen las constelaciones para el enfermo?
Para mí es
fundamental reconocer que la enfermedad no es un fenómeno personal del enfermo
pero que muchas enfermedades sólo pueden ser entendidas y ser tratadas si las
considera en un contexto más amplio, como por ejemplo, de la familia. De esta
manera los padres pueden aliviar a sus hijos. Una de
las dinámicas más comunes en constelaciones con las enfermedades es aportar luz
en la carga que los niños están dispuestos a llevar por amor a sus padres, es
decir, los traumas no-resueltos que todavía se están viviendo en la familia.
¿Cuáles son los límites?
Un límite
que tiene validez para todos los tratamientos médicos es que el trabajo sólo
puede ser tan bueno como la persona que lo hace. No se trata sólo de la
técnica, también se trata de la actitud y del trabajo corporal que, en mi
opinión, no se tiene en cuenta suficientemente en las constelaciones. Mi
ventaja es que llevo trabajando con kinesiología desde hace años. Así puedo
sentir en el cuerpo del cliente si su cuerpo va con lo que expresa y lo que
dice o no.
Otra
observación que hacemos es, muchas veces, se tratan contenidos excluidos en las
constelaciones y muchos síntomas recuerdan a contenidos excluidos de la propia
biografía o de la historia familiar. El fondo de la exclusión es una sobre
exigencia en una situación traumática en la que no se tuvo los recursos
suficientes para enfrentar ese tema de manera buena. La exclusión así es una
forma de auto protección para sobrevivir. La experiencia es que estos
contenidos no resueltos no se callan pero se muestran en el cuerpo o entran en
las generaciones posteriores como hijos o nietos y a veces se muestran a través
de síntomas. En este sentido un límite importante es el cliente mismo: hasta qué
punto es posible para el cliente abrir su corazón a lo que vive en la
constelación. Finalmente, se trata de un proceso de integración. También se
tiene que decir que es un procedimiento paso a paso y un acercamiento a lo que
antes fue experimentado como dramático y traumático. Se trata de la liberación
de la fuerza que era ligada al trauma e, idealmente, esto que estaba ligado se
convierte más tarde en un recurso especial.
¿Qué rol
tienes tú como constelador en la constelación?
Cuando me
puse en contacto con las constelaciones ya estaba firmemente convencido de que
en los casos donde se realiza una curación se trata de auto sanación al final.
Si se llega a este punto como médico uno tiene que preguntarse, ¿qué es lo que
se puede hacer realmente para el cliente? Quizás, lograr crear un ambiente en
el que las fuerzas de auto sanación surten efecto perfectamente, ese era mi
deseo antes y cuando entré en contacto con las constelaciones, me di cuenta de
que es un camino bueno para crear este ambiente de auto sanación con un grupo.
Al final,
todo en el trabajo de las constelaciones es percepción y actitud. El constelador debe lograr que cree un ambiente con
el grupo en el que cada uno sienta que pueda abrirse y que después nadie le
juzgará por lo que ha salido a la luz. Esta es una gran responsabilidad
del constelador. También tiene que dominar su técnica, necesita una buena
percepción a la vez que debe estar con ambos pies en el suelo. Me gustaría
añadir algo aquí. En mi opinión, el trabajo de las constelaciones tiene un
problema: se puede constelar todo y siempre hay algo que sale. Y a veces los
movimientos de los representantes pueden inducir a procesos traumáticos que
luego exigen al cliente otra vez y vuelven a traumatizarle. El constelador debe
estar formado para que tenga un contacto y una atención constante con el
cliente, para que pueda preparar todo lo que la constelación muestra para el
cliente pueda integrar lo importante. Entonces, por un lado el constelador
prepara el campo al igual que un jardinero y promueve los procesos de
crecimiento, por otro lado actúa como un mediador entre los eventos de la
constelación y el cliente para que se pueda realizar un proceso de integración
adecuado.
¿Hay alguna
experiencia que te haya impresionado en particular?
Quiero
compartir un caso de un hombre de 35 años que estaba sufriendo durante tres
años de hipertensión arterial. Cuando le pregunté si ocurrió algo
especial en su vida hace tres años, respondió que la empresa donde estaba
trabajando, de repente, se declaró en quiebra y tuvo que encontrar un nuevo
empleo, él confesó tener la sensación de que “le habían quitado la vida”.
Le pregunté si había
sucedido algo en la relación con su padre. El paciente se puso de mala gana y
dijo: “Cuando tenía 17 años, mi padre dejó a mi madre!”, le pregunté si se
había enfadado con él: “Sí, porque tenía que tomar su posición”. Para no entrar
en detalle de su ira escogí cambiar al nivel objetivo: "Frecuentemente,
la dinámica familiar oculta de los pacientes con hipertensión es un amor que es
o tiene que ser reprimida”. La declaración afectó al paciente:
“Yo amaba siempre a mi padre, pero tenía la sensación de que no lo tuviera
permitido porque había hecho mucho daño a mi madre”. En este punto, pedí al
paciente que escogería tres representantes para su padre, su madre y él
mismo. El paciente posicionó su
representante al lado de su madre y el representante del padre un poco aparte
de ambos. Cuando les pedí a los representantes que cedieran a sus impulsos, el
representante del padre dio la espalda a su esposa y al hijo resignadamente. La
impresión era que no tenía ninguna posibilidad con su esposa. El representante
de la madre dijo que todo era demasiado y que su hijo estaba demasiado cerca.
Hizo un paso claro atrás y se sentía visiblemente mejor con la distancia más
grande. El representante del paciente, sin embargo, siguió inmediatamente. El
representante de la madre respiró otra vez gravemente cuando su hijo estaba a
su lado y dio varios pasos atrás. Cuando el hijo quería seguirla, lo miró con
una mirada seria para dejar claro que no quería que la siguiera. Su historia
familiar reveló que la madre perdió a su padre cuando tenía cinco años y con
esta pérdida a la espalda le pareció difícil atarse con su familia y admitir
cercanía.
Me dirigí al paciente y
pregunté: “¿Quién era siempre el responsable de las dificultades de la relación
de tus padres?”, me respondió de inmediato: “¡Mi padre!” Le di tiempo para
reflexionar y volví a preguntar: “¿Y qué ves reflejado en la constelación?”, el
paciente respondió: “¡Mi madre!”. Pedí al paciente que mirara a su padre y le
dijera: “¡Querido papá, lo siento, yo no era libre!”, lloró cuando repitió la
frase.
El representante del
padre instantáneamente se acercó al paciente y lo abrazó. El paciente lloró en
los brazos de su padre y tenía su mano a su corazón. Una y otra vez dijo: Me
duele mucho. El representante de su padre lo agarró y le aseguró: “Es bueno,
todo irá bien!”, la representante de la madre se sintió aliviada mirando al
hijo en los brazos de su padre. Miró a los dos con buenos ojos. Al fin del
curso, el hombre dijo: “Por mucho que me dolía el corazón en los brazos de mi
padre, se ha resuelto algo. Ahora siento una ligereza que antes no había
conocido”.
Ese caso
mostró un cambio de la perspectiva que era absolutamente impresionante. Al
inicio, el padre fue culpable y responsable de todo el sufrimiento y en la
constelación pudo ver de que estaba relacionado con la madre porque ella había
perdido a su padre pronto.
¿Cómo puedo darme cuenta de si podría ser bueno
para mí hacer una constelación?
Hay varias
posibilidades. Puedes leer mi libro Aunque me cueste la vida, está
escrito como un viaje y cuando estás disponible a abrir el corazón para los
procesos escritos, activarás procesos en ti y puedes reconocer dónde estás en
una situación parecida y cuáles pueden ser tus pasos de solución. Era mi deseo
escribir este libro como libro de autoayuda. Hay
muchos ejemplos para que cada uno pueda aprender de las dificultades de los
demás y, sobre todo, encontrar procesos para resolver los problemas. Lo
mejor sería que participaras como observador en un grupo de constelaciones y
ahondaras en estos procesos desde una distancia segura y pudieras dejarte
mover. Esto producirá una u otra pregunta que será importante para ti y para tu
propio proceso de crecimiento.
¿Existe una actitud sanadora? Si existe,
¿cuál es?
En muchos
casos se trata de contenidos excluidos que son parte de la propia biografía o
de la historia familiar. Mi impresión es que
una persona ya puede entrar en establecer cambios de actitud mientras se abre a
estos temas tabú, estos temas difíciles, traumáticos o pesados, desde una
distancia segura, con buenos ojos, y los reconoce como realidades. Al
final se trata de aceptar lo que ocurrió con las consecuencias que tenía.
Muchas enfermedades surgen cuando uno se agarra a otra realidad diferente a lo
que realmente la realidad era; si la lucha contra ella termina se abren nuevos
espacios en los que los procesos sanadores puedan llevarse a cabo.
¿Qué rol desearías tú que tuvieran las
constelaciones en el ámbito de la salud?
En la actualidad, me parece que es una gran tragedia el hecho de que se
pueda escribir una historia clínica durante años o décadas en un país que se
llama “desarrollado” sin que se plantee la pregunta de qué es lo que realmente
sucedió en la familia. Cualquiera puede comprender
probablemente que la muerte de la madre durante el propio nacimiento produce
una emoción de culpa increíble en la propia vida que puede manifestar la aparición
de una enfermedad o de síntomas. Mi deseo sería que un tipo de “masa crítica”
sea logrado para que la enfermedad ya no sea vista como un fenómeno personal,
sino tal vez como una dinámica familiar, y que, sobre todo, una forma de
“educación para la salud” llegue a las escuelas para que los niños aprendan la
importancia que una enfermedad puede tener en los sistemas familiares y cual
sería su trato necesario.
Ahora mismo me ocupa el hecho de recoger términos que están asociados con
la salud, según mi criterio. Las palabras que se me
ocurren espontáneamente son identidad, autenticidad, vínculo y presencia. Para
mí sería revolucionario si estos conceptos estuvieran presentes en las clases
escolares en relación con la aparición de enfermedades y quizás también con la
prevención de enfermedades.
¿Hay algo que te gustaría añadir que todavía no
has dicho?
Para mí es
un gran deseo que el trabajo de las constelaciones en el entorno de “Salud y
Enfermedad” ocupara su lugar, que las posibilidades puedan ser exploradas y los
límites se reconozcan tal y como tiene lugar en la terapia. También quiero dar
las gracias a Bert Hellinger por abrir el camino hacia este método.
¡Muchas
gracias a Stephan Hausner por esta entrevista!
natalie.jovanic@googlemail.com
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