lunes, 6 de febrero de 2012

Arteterapia, la sanación del pincel


Hay ocasiones en las que las palabras no son suficientes a la hora de expresar todo aquello que sentimos, no llegan a representar la totalidad de nuestras ideas o aquellas emociones que están en nuestro interior y necesitan ver la luz. Es en estas ocasiones donde el arte aparece como magia para ayudar a que fluyan todos esos aspectos íntimos con la tranquilidad y seguridad del lienzo o la expresión artística que elija para la ocasión.

¿Por qué arte y por qué terapia?

El arte ha acompañado al ser humano desde el comienzo, siempre ha sido una herramienta para tratar de entender el mundo que nos rodea. Los niños son quienes saben aprovechar mejor esta forma de expresión y el dibujar tiene un rol de suma importancia en el desarrollo evolutivo. Desafortunadamente el arte tiende a intelectualizarse tanto que se deja de lado la creatividad y se sustituye por expresiones como “yo no entiendo de arte” o “yo no sé pintar” olvidando que la creatividad es innata en todo ser humano.
El arteterapia es un tipo de terapia artística que consiste en el uso del proceso artístico con fines terapéuticos. Parte de la idea de que tanto los problemas cognitivos como las inquietudes psicológicas y emocionales pueden ser trabajadas por parte de la persona mediante la producción artística. Para ello, pone a disposición diferentes disciplinas artísticas, a escoger según la situación terapéutica que se esté atravesando: plástica, dibujo, pintura, música, teatro, danza, etc.
En arteterapia la producción artística ayuda a restablecer la capacidad natural del individuo para relacionarse consigo mismo, expresar lo que siente y ser partícipe del mundo que le rodea. Se basa en l expresión y consecuente comprensión de uno mismo.
La Asociación Profesional Española de Arteterapeutas (ATE) define arteterapia como una profesión de ámbito asistencial que se caracteriza por el uso de medios y procesos artísticos para ayudar a contener y solventar los conflictos emocionales o psicológicos de las personas.
En arteterapia, el proceso de creación artístico y los objetos resultantes actúan como intermediarios en la relación terapéutica, permitiendo que determinados sentimientos o emociones conflictivas encuentren vías de expresión complementarias o alternativas a la palabra.

¿Cuáles son sus orígenes?

El ser humano ha empleado el arte como modo de expresión incluso antes de que apareciera el lenguaje verbal. “Desde los inicios del ser humano, con las pinturas rupestres, el arte ha sido una forma de expresar y de comprender nuestro entorno”, explica Sally Schofield, Presidenta de la Asociación Profesional Española de Arteterapeutas (ATE, www.arteterapia.org.es) y una de los vicepresidentes la de Federación Española de Asociaciones Profesionales de Arteterapia (www.feapa.es).
Desde los inicios el arte es una herramienta mediante la cual el hombre se expresa, conecta con su ser plasmando y elaborando sus sentimientos y por tanto tomando conciencia de sus dolores físicos, emocionales o existenciales. El ser humano encuentra en el arte una forma diferente de bucear dentro de nosotros mismos, de llegar y explorar nuestros lados más profundos e integrar así su parte mental, física, emocional y espiritual.
En la Antigüedad Clásica se descubrieron las propiedades terapéuticas del arte y los beneficios de practicarlo para conseguir el equilibrio general del ser humano y la elevación de la consciencia. En el siglo XIX un grupo de psiquiatras europeos comenzaron a interesarse por las obras artísticas de pacientes mentales. En ese momento, destaca especialmente la aportación de Hans Prinzhorn, psiquiatra vienés, que consideraba la motivación creativa como una motivación básica de la especie humana, y que toda la creación albergaba un potencial de autosanación.
“Adrian Hill, un artista y profesor británico, acunó el termino “Art Therapy” en 1942. Descubrió el beneficio terapéutico de dibujar a nivel personal mientras se recuperaba de tuberculosis en un sanatorio durante la segunda guerra mundial”, explica Sally. Posteriormente, comenzó a compartir con los otros enfermos, los reconfortantes efectos de su actividad creativa en aquellas épocas tan angustiantes. Según parece, algunos de los pacientes comenzaron a dibujar y a pintar las terribles escenas de muerte y desolación que habían vivido en el frente; estas pinturas les servían para poder comunicar su sufrimiento y sus temores. En 1943 publicó su primera obra Art as an aid to illness: an experiment in occupational therapy, y en 1945, Art versus illness.
A partir de entonces, se suceden los trabajos y las investigaciones sobre el tema. Una de las pioneras de la sistematización del arte como terapia, la norteamericana Edith Kramer, publica en 1958, su libro Terapia a través del arte en una comunidad infantil, en el que nos ofrece las primeras definiciones y consideraciones de esta “nueva profesión”. Relata la interesante experiencia de rehabilitación, a través del arte terapia, practicada con niños problemáticos de barrios marginales de Nueva York, en un centro educativo de internamiento.

Arteterapia como profesión

En Estados Unidos y Gran Bretaña la profesión de arteterapia tiene un recorrido de más de 60 años y está regulada y reconocida por el Estado. En Alemania el arteterapia está cubierta por las mutuas para tratar ciertas dolencias o trastornos. En España no es una profesión regulada por el Estado y no existen parámetros para poder ejercer. Actualmente la ATE y otras asociaciones profesionales que forman parte de la FEAPA (Federación Española de Asociaciones Porofesionales de Arteterapia) promueven la investigación en arteterapia y la formación continua de profesionales que desarrollen la profesión en España porque, curiosamente y a pesar de la falta de reconocimiento estatal, la demanda de arteterapia ha aumentado de forma increíble en los últimos 5 años.
Para ser arteterapeuta es importante tener una formación artística de base y conocer bien los materiales/métodos con los que trabaja, en palabras de Sally: “es importante que el terapeuta tenga mucho conocimiento y confianza con los materiales para así, si es necesario, poder darle al paciente el apoyo que necesita y sostenerle en los momentos de incertidumbre”. La formación en arteterapia cuenta también con una amplia formación psicológica, además de combinar teoría con trabajo experiencial y prácticas en clínicas. En la página web de la BAAT (la Asociación Británica de Arteterapeutas) se pone de manifiesto la necesidad de madurez y flexibilidad de las personas que quieran formarse y ejercer como arteterapeutas.

Aplicaciones del arteterapia

El arteterapia ofrece la posibilidad de trabajar con cualquier colectivo, especialmente con personas que tienen problemas a la hora de expresarse a nivel verbal. Los campos de aplicación se extienden desde la salud y la educación hasta la asistencia social; veamos algunos ejemplos:

  • Salud física
  • Salud mental
  • Servicios penitenciarios y forenses
  • Servicios públicos y privados para niños, adolescentes, adultos y personas de edad avanzada- Educación
  • Cuidados paliativos
  • Servicios para problemáticas relacionadas con las drogas
  • Servicios sociales
Los tratamientos pueden ser individuales o grupales, breves (de pocas sesiones) o durar años, según las necesidades particulares de la persona.

¿Cómo se lleva a cabo una terapia de arteterapia?

“El proceso parte con una entrevista inicial”, nos explica Sally, “En esta entrevista se habla sobre el entorno de la persona, sobre sus necesidades y lo que espera obtener de la terapia. Una vez realizada la entrevista propongo realizar unas cuatro sesiones para ver cómo se siente el paciente con este tipo de terapia, siempre a la misma hora y el mismo día de la semana para proporcionar un espacio que le genera seguridad: saben cuando es, cuándo empieza y cuándo acaba. Tras estas cuatro sesiones, de una hora de duración, se llega a un acuerdo terapéutico entre el profesional y la persona”.
“Las sesiones se dividen en tres fases. La primera es el saludo inicial: permitir que el paciente entre en la sesión, se sitúe; la segunda es el desarrollo creativo artístico, donde la persona explora los materiales y crea; la última fase es la de reflexión sobre lo que han hecho, para mí es la más importante, en la cual se elabora el proceso vivido”, remarca la arteterapeuta.
“Se establece un diálogo entre paciente y terapeuta, en el que el terapeuta tiene mucha cautela a la hora de interpretar, dejando que el paciente lleve la voz cantante. Cuando hay dificultad para ponerle palabras a una situación personal el dibujo quita la presión de hablar de uno mismo y además es algo material que acompaña al paciente a lo largo de su proceso y que le ayuda a focalizar”.
“Cada sesión es muy distinta, en ocasiones el paciente en la hora de sesión apenas tiene tiempo de crear, hay otras veces que cinco minutos son suficientes y hay veces en las que no crea nada”, añade Sally que nos explica casos en los que sus paciente han llegado a pintar con los ojos cerrados como estrategia para eliminar la presión de tener que crear algo bonito.
No se juzgan las imágenes a nivel estético pero muchas veces aparecen imágenes muy bellas justamente porque en un ambiente sin juicio la persona puede dejarse llevar. En los tratamientos grupales de personas con limitaciones físicas y un nivel alto de dependencia en su vida diaria, resulta muy gratificante verse capaces de crear algo y sentir como esto les devuelve su individualidad. “Una mujer de 60 años sufriendo una enfermedad degenerativa que le estaba robando la vista, entre otras habilidades, pintó un clavel enorme de acuarela. La vitalidad de la imagen impactó al grupo y a ella le dio mucha afirmación de su valor”, explica la presidenta de la ATE.

Para más información podéis consultar:

1 comentario:

  1. Estupenda entrada! Da gusto leer artículos sobre arteterapia tan claros y completos.
    Felicidades por la publicación, es bellísima en todos los sentidos.

    Anna Carlota
    arteterapeuta
    presidenta de DINSART
    associació d'artteràpia
    i teràpies creatives

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