lunes, 6 de febrero de 2012

Coaching postural

En el presente artículo tenemos por objetivo ofrecerte una serie de ejercicios para que realices periódicamente durante tu jornada laboral con el fin de mejorar la actitud postural de tu cuerpo.
Actualmente, el 65% de la población laboral trabaja frente al ordenador durante 6 o más horas al día. El hecho de que una parte importante de nuestro tiempo la pasemos en el trabajo debe hacernos conscientes de la necesidad de adoptar posturas corporales correctas con el fin de prevenir diferentes lesiones y problemas de salud. Una incorrecta actitud postural continuada que se repite durante años (posicionado de forma no adecuada frente al ordenador, por ejemplo) puede generar fuertes dolores, tensiones y contracturas en la región inferior de la espalda, fatiga muscular, malestar en zonas como el cuello, los hombros, las piernas y las manos.
Permanecer muchas horas sentado frente la computadora en una posición incorrecta, sobre todo con la columna flexionada, supone una sobre-exigencia para los músculos para-vertebrales, que están a los costados de la columna. Un músculo exigido por encima de su capacidad de trabajo se agota y empieza a doler; este dolor genera un reflejo que produce más contractura muscular, cuando hay una zona lesionada el organismo la inmoviliza para que deje de doler, de esta manera se origina un círculo vicioso de mala postura-contractura muscular-dolor. Esto finalmente origina una situación de dolor sostenido que debe tratarse.

¿Qué factores influyen en tu actitud postural?

Existen diversas variables que favorecen el establecer una postura correcta, entre las cuales se sitúan:
  • La disposición de tu entorno físico de trabajo: dónde está situado tu ordenador, orden de la mesa y cómo están distribuidos los elementos, etc.
  • Recursos materiales que utilizas para desarrollar tu trabajo: ¿tu mesa es suficientemente amplia? ¿Cómo es tu silla? ¿Compartes tu entorno?
  • Las diferentes posiciones que adopta tu cuerpo en cada momento, resulta indispensable el ir tomando consciencia sobre ellas. En este sentido, cuidar aspectos como altura de la silla y de la mesa, así como las distancias, contribuirá a que conserves mejor la postura.
  • Estado general de nuestra condición física, nutricional, emocional, etc.
  • Nivel de estrés.
  • Posibles lesiones musculares o esqueléticas que tengamos.

A continuación, os proporcionaremos una serie de ejercicios dirigidos a la mejora de la prevención, conservación y restablecimiento de la actitud postural durante la jornada laboral. Debemos hacerlos con frecuencia, siendo recomendable efectuarlos todos los días. Observarás los resultados rápidamente puesto que este tipo de ejercicios permiten la mejora a corto plazo pero, en el caso de no realizarlos con una cierta asiduidad también resulta fácil el perder lo ganado. Con esto quiero decir: los ejercicios posturales deben formar parte de nuestra rutina diaria.

El objetivo de estas sencillas rutinas posturales es el reequilibrio muscular, es decir, mejorar el tono de la musculatura que se encuentra elongada y permitir darle un respiro a la musculatura que, por acción postural, se encuentra retraída. La zona lumbar, por ejemplo, habitualmente está muy relajada y hace que el cuerpo no esté erguido. Debido a esto, el tono muscular de esta zona está poco desarrollado y puede generar dolor. Sin embargo, un encogimiento excesivo de los hombros derivada de una mala colocación de la silla puede derivar en un exceso de tensión muscular en esta zona y es conveniente relajarla.

Otros factores que ayudan a que mejoremos la postura son:
  • Una correcta respiración en el trabajo.
  • Técnicas de control del estrés: es muy positiva la identificación de elementos que nos generen estrés y actuar en consecuencia para contrarrestarlos.
  • Práctica de actividad física de forma regular.
  • Educación/Gestión emocional, organización del tiempo, planificación de eventos, etc.

Tener una correcta actitud postural en el trabajo te ayudará a que tu espalda, hombros, manos y piernas se encuentren en un buen estado de salud, haciéndote sentir muy bien. Así, la jornada laboral se convierte en una exigencia física que tu cuerpo afronta con garantías, por lo que se vuelve más placentera, alimentando de forma positiva el resto de tus funciones en el trabajo.
Según el caso, es posible que antes de la realización de estos ejercicios tengas algún tipo de dolencia muscular, derivado posiblemente de una acumulación de carga laboral. Si es así, te recomendamos que acudas a un fisioterapeuta u osteópata de confianza.
En caso de necesitar una atención más personalizada puedes acudir a un coach postural para que te ayude a ser consciente de tus necesidades posturales en el trabajo, tres o cuatro sesiones serán suficientes para establecer una correcta y motivadora rutina.

Jorge Lago
jorgelago@creartemagazine.com

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