lunes, 6 de febrero de 2012

Ocúpate


Las palabras de este artículo van dirigidas a todas aquéllas personas que actualmente están en el paro, unas líneas que tratan de orientarte para que seas consciente de cómo estás viviendo el presente y cómo quieres encarar el futuro, no sólo para facilitar tu búsqueda de trabajo, sino también para que esta etapa de tu vida sea una experiencia enriquecedora de autoconocimiento y crecimiento personal. Si éste no es tu caso, te invito a que tomes nota para apoyar a aquella persona de tu círculo personal que tal vez lo necesite; existe una pequeña gran diferencia entre encarar esta situación sólo o de la mano de alguien.

Reflexión, Objetivos y Acción. Éstas son las 3 palabras claves para encarar esta difícil situación, los pasos necesarios que te ayudarán a dibujar tu nuevo futuro profesional porque, si prestas atención y das pequeñas pinceladas en tu actitud, puedo asegurarte que no vivirás el desempleo como una crisis, sino como una oportunidad.
Soy consciente de que la situación económica, familiar y personal de cada persona es única y de diferente magnitud: no es lo mismo ser soltero/a y tener ahorros que, por ejemplo, tener pareja e hijos y cobrar una prestación mínima. Los factores externos -sobretodo el dinero- son problemas contra los que es difícil luchar, pero una arma poderosísima es la capacidad de control y conocimiento que tengas para afrontarlos, de igual forma que una actitud positiva reflejada en tus acciones para superarlos.
Obviamente no todo el mundo lleva el mismo tiempo desempleado, pueden ser días, meses o, en el peor de los casos, años. Existen diferencias tanto a nivel emocional como comportamental dependiendo del tiempo que se lleve sin trabajar. Para que se entienda mejor y podamos sacarle todo el partido a estas líneas identificaremos 3 estados de ánimo que se dan o pueden darse cuando estás desempleado.

El primero de ellos bien podría el estado de incertidumbre, acompañada por sensaciones tales como el nerviosismo, el aburrimiento y, sobretodo, el miedo. Frases del tipo "las paredes de casa se me echan encima" o "el no hacer nada me pone muy nervioso" son un síntoma de que tal vez no hayas reflexionado lo suficiente sobre cuál es tu situación y descubrir de qué recursos dispones para salir de ella. La incertidumbre, el no saber bien bien que ocurre, activa en nuestra mente una serie de mecanismos muy sutiles que actúan como mecanismo de defensa, creando una zona de comodidad donde justificamos nuestros actos, pero que a la larga los acaba condenando al fracaso. Estos mecanismos los podemos llamar creencias limitantes y son las responsables de la pasividad y, sobretodo, de la falta de valor para afrontar tus miedos. Creencias como "no quiero que se enteren que estoy en el paro", "ya soy mayor -o muy joven- y me será imposible encontrar trabajo" o la más limitante de todas, "los culpables de que me haya quedado sin trabajo son la crisis, los bancos o el gobierno". Piensa por un momento qué resultado tienen estos pensamientos. ¿Lo sabes? Yo sí: el estancamiento y, por supuesto, más miedos, el miedo retroalimenta al miedo. Ante la incertidumbre, reflexión sobre ti mismo y tu entorno.

Frases como "he enviado cientos de currículums y siempre me descartan, me rindo...", "me siento inútil", "estoy harto" rondan nuestras mentes continuamente hasta tal punto que se convierten en un círculo vicioso donde la solución cada vez es más difícil de encontrar y la consecuencia de esta dinámica acaba siendo, lógicamente, la resignación. Es cuando vives la resignación cuando empiezas a perder las ganas de buscar trabajo y, porque no decirlo, por casi todo. Notas que todos los esfuerzos invertidos hasta ahora no dan ningún resultado y te preguntas qué es lo que está fallando. Si precisamente no encuentras respuesta a esta cuestión, es porque probablemente te falte un método, una hoja de ruta, en definitiva, unas metas de qué quieres conseguir y qué hacer para lograrlo. Ante la resignación, objetivos claros. ¿Y cómo saber cuáles son tus objetivos? Siendo muy consciente de qué estrategia y qué hábitos limitantes estás siguiendo y, si es necesario, substituirlos por otros.

El último de los sentimientos que puedes experimentar o ya hayas experimentado es la desesperación. La desesperación es ese estado de ánimo donde sólo ves muros, donde tu motivación e incluso autoestima están por los suelos; no consigues empleo, ni siquiera entrevistas de trabajo, has perdido incluso ciertas habilidades físicas o intelectuales necesarias para trabajar y, desgraciadamente, es aquí donde la necesidad económica se posiciona como el problema más grave; cuando las necesidades básicas no están cubiertas, nuestros actos no siguen un rumbo claro. Yo te sugiero que ante la desesperación, acción. ¿Y cómo pasar a la acción? No caer en los errores que te pueden llevar a esta situación, y para ello debes generar alternativas y saber gestionar tus emociones limitantes, aquellos sentimientos y miedos que impiden dar el paso definitivo hacia tu meta.

¿Para qué sirve describir todos estos estados de ánimo? Sirve, precisamente, para no caer en ellos. No sólo se siente desesperación cuando llevas mucho tiempo desempleado, o resignación e incertidumbre, sino que pueden surgir en cualquier momento y para que esto no ocurra es conveniente que se sigan unos pasos, pasos que te recuerdo de nuevo acompañados de preguntas y sugerencias para que empieces a dibujar tu futuro:

REFLEXIÓN
  • ¿En qué situación está mi sector laboral?
  • ¿Qué me piden las empresas?
  • ¿Tengo los conocimientos y competencias necesarias?
  • ¿Cuáles son mis creencias limitantes?
  • ¿Qué oportunidades me ofrece mi entorno para encontrar trabajo?
  • Tómate tu tiempo para descubrir quién eres y qué quieres

OBJETIVOS
  • Establece objetivos claros: ¿qué trabajo quiero conseguir?
  •  Plantéate la reorientación profesional
  • ¿Qué conocimientos y competencias debo adquirir o potenciar?
  •  Substituye esas creencias limitantes por otras potenciadoras
  • Acude a profesionales de la orientación laboral y el crecimiento personal, ellos te acompañarán en todo este proceso y evitarás caer en errores y situaciones antes nombradas

ACCIÓN
  •  Instaura hábitos, disciplina y gestión del tiempo en tu proceso de búsqueda de trabajo
  • Identifica las acciones necesarias para conseguir tu objetivo profesional y llévalas a cabo
  • Fórmate y busca todos los recursos a tu alcance para empezar el cambio que deseas
  • Comparte tu experiencia con otras personas que estén en tu misma situación; es más fácil si estás acompañado
  • Adopta una actitud abierta ante los cambios y hacia situaciones nuevas

La clave está en anticiparte a estas situaciones y, el primer paso, es ser proactivo: reflexiona, identifica tus metas y, algo esencial y necesario, pasa a la acción.
Porque no es lo mismo un "¿Por qué? que un "¿Por qué no?; porque, en definitiva, una posición pasiva y victimista puede hacerte más daño que la situación que vives en si. Porque aquí hablamos de coaching y ya sabes, SI QUIERES, PUEDES.

Jaume Garcia
jaumegarciatora@creartemagazine.com

Autoconocimiento: La rueda de la Vida


La rueda de la vida es una de las herramientas más utilizadas en el fase inicial exploratoria que tiene lugar al emprender un proceso de coaching.
Su principal finalidad es expresar gráficamente cómo valoras tu situación en las diferentes parcelas de tu vida para aportar luz y conciencia sobre los aspectos que, en este momento, requieren por tu parte una especial atención.
Utilizarla es muy fácil. En la página siguiente tienes una rueda de la vida dividida en 10 áreas diferentes. El conjunto de esas 10 secciones representa tu equilibrio vital. Busca cuáles son en tu vida los pilares básicos en los que se debe apoyar para que seas feliz, nosotros te proponemos una lista, una vez escogidos sigue paso a paso las instrucciones que encontrarás a continuación.

LISTA PROPUESTA. Algunas áreas posibles:
  •  Familia
  •  Pareja
  • Amigos
  • Trabajo
  •  Salud y cuidado personal
  • Finanzas
  • Éxito
  • Espiritualidad
  • Ocio y diversión
  • Amor
  • Formación
  • Crecimiento personal
  • Autoestima
  • Libertad
  • Seguridad
  • Ambiente físico
  • Estatus social
  • Etc

INSTRUCCIONES

1- Sitúa tus 10 áreas escogidas en cada una de las diez secciones en las que se divide la rueda.
2- Puntúa de 0 a 10 (siendo 0 el centro y 10 el borde externo de la circunferencia) cómo estás en el momento presente en cada una de las áreas (situación actual).
3- Une los puntos como en el ejemplo.
4- Puntúa ahora, con otro color, de 0 a 10 cómo te gustaría estar en cada una de las áreas (situación deseada).
5- Une los puntos.
6- Señala las áreas en las que la diferencia entre la situación ideal y la deseada sea más grande, esas son las áreas de tu vida que, en este momento, dificultarían el equilibrado giro de la rueda y que, por lo tanto, requieren por tu parte una especial atención.

Creer es Crear: el Poder de la Mente Amable

Todos hemos oído hablar alguna vez de que tenemos que ser positivos para conseguir un estado de paz y armonía, pero a veces puede ser difícil si percibimos un entorno “adverso” o trabajamos con antiguas creencias que nos condicionan, situándonos en un estado de pre-ocupación en lugar de estar ocupados en el presente de la vida. La preocupación se convierte en la auto-vacuna para la incertidumbre, la que nos pre-para para lo menos favorable, ¿estamos preparados para vivir preocupados de forma continua?

Se ha demostrado que cuando nuestro organismo percibe señales nuestra mente las compara con creencias almacenadas o heredadas. Si en esta comparación nuestra mente identifica las señales como un peligro para nuestra persona (del etrusco phersu, que significa máscara) nuestras neuronas empiezan a generar adrenalina, entre otras hormonas, provocando un aumento de riego sanguíneo en nuestras partes motoras, a la vez que disminuyen el riego de la llamada corteza prefrontal del cerebro.
La corteza frontal es la región especializada del celebro asociada con el pensamiento, la planificación y la toma de decisiones que es, en apariencia, el asiento mental de la autoconciencia, donde nuestro consciente crea y aprende de nuestros comportamientos y emociones.
Esto quiere decir que cuando sufrimos un estado de estrés o inseguridad continuo es fácil que nuestra mente tienda a no utilizar la corteza prefrontral, usando la información almacenada en nuestro banco de memoria a largo plazo, creencias subconscientes (de respuesta instantánea), creencias conscientes (de respuesta rápida), en lugar de querer “perder” tiempo en reinventar una nueva “creencia” coherente con las emociones y percepciones presentes.

El mes de noviembre del presente año se publicó un interesante artículo en La Vanguardia donde Enric Álvarez, como responsable de psiquiatría del Hospital de Sant Pau, explicaba cómo han comprobado que el estrés en los animales les incapacita para sentir placer, renunciando a la vida social.
¿Cómo lo hicieron? Colocaron dos perros en dos jaulas, en la jaula A con un dispositivo rojo de abertura, y la B sin ningún tipo de escapatoria. Las dos jaulas poseían un suelo metálico y recibían, aleatoriamente, moderadas descargas eléctricas para incomodarlos. El perro A acabó descubriendo que cuando tocaba el disco rojo las puertas se abrían y podía escapar, generando la creencia de que el disco era una opción para salir del estado de estrés. El perro B no tenía escapatoria posible, lo probó todo y no obtuvo recompensa.
La sorpresa fue cuando comenzaron a suministrar corrientes a los dos. En abrirse las dos jaulas el perro A salió a la primera, era consciente que tenía opción de escapar, pero el B se quedó dentro de la jaula un tiempo antes de salir, soportando el estrés que le provocaba la corriente. Generó la creencia, por acumulación de intentos fallidos, de que su bienestar no dependía de él.

El mismo equipo realizó otro experimento, esta vez con ratones. Se les reprodujo un estado de estrés, molestándoles cuando menos se lo esperaban, produciéndoles un estrés crónico. Se comprobó que en el transcurso del tiempo dejaban de tomar el agua endulzada, que tanto les gustaba, antes de ser sometidas a dichas pruebas, dejando también de interactuar con otras ratas, sin ni siquiera rozarse.
Hagamos un ejercicio de imaginación sobre qué les pasaría a las ratas si en estado de estrés vieran a otras ratas pasándolo igual o peor, ¿mejoraría su sensación de bienestar o tendrían más estrés? Y si en los momentos en los que las ratas trabajan en equipo, los investigadores disminuyeran su nivel de estrés (el de las ratas), haciéndolas creer que el estrés es como una señal beneficiosa que les avisa cuando están desconectadas de su ser y de su comunidad, ¿recuperarían sus ganas de saborear el agua dulce?

Teniendo en cuenta que el 95% de nuestras decisiones, acciones, emociones y conductas provienen de nuestro subconsciente, si nuestras percepciones o aprendizajes no han sido coherentes nuestras respuestas tampoco lo serán. Es decir, nuestras respuestas a los estímulos externos están controladas por nuestras percepciones e ideas, que en realidad se convirtieron en creencias conscientes o subconscientes.
Bruce H. Lipton, doctor de biología celular, nos demuestra en sus pioneras investigaciones con células madre que los elementos que condicionan a todo organismo vivo son su entorno físico, energético y sus creencias, no su carga genética como teoriza el neodarwinismo.
Lipton afirma que el ADN es una plantilla de la que tenemos la opción de copiar sus patrones o generar nuevos gracias a nuestra capacidad creadora, modificando la epigenética (el software) de nuestros genes (el hardware genético). Esto querría decir, según Lipton, que la capacidad de la mente consciente de obviar la programación de creencias almacenadas es la base del libre albedrío.

“Si tú crees que puedes, tienes razón, si tu crees que no puedes, tienes razón”, H. Ford

Se ha hablado mucho de las causas del estrés, y las consecuencias que sufren los afectados directos, pero ¿qué consecuencias sufren las personas que conviven con estresad@s? Me refiero a los niños que aún no son “conscientes” del entorno, tal y como lo perciben los mayores.
No hace mucho tiempo, en 1990, Giacomo Rizzolatti y su equipo descubrieron las primeras células especulares (células espejo), posteriormente Daniel Goleman, profesor de psicología en la Universidad de Harvard y autor del libro La inteligencia emocional, explicó que estas neuronas detectan las emociones, el movimiento e incluso las intenciones de la persona con quien hablamos, y reeditan en nuestro propio cerebro el estado detectado, activando en nuestro cerebro las mismas áreas que se encuentran activas en el cerebro de nuestro interlocutor, creando un "contagio emocional", entendido como la capacidad de la persona de adoptar los sentimientos de otra.
Esto significaría que todos estamos comunicados, siendo espejos de nuestro entorno a la vez que nuestro entorno nos refleja a nosotros, unidos por una red inalámbrica que transmite paquetes de información a nuestras células de forma subconsciente, es decir, que si yo estoy estresado es muy fácil que transmita mi estrés aunque no lo manifieste de forma “palpable”: estamos compartiendo de forma involuntaria las emociones. Pero igual que puedo percibir o transmitir la parte de estrés que hay en mi o en mi entorno, puedo transmitir o percibir mi alegría, tenemos la dignidad del libre albedrío ¿por qué entonces no lo utilizamos?

¿Qué podríamos hacer para atenuar los efectos del estrés? Richard S. Lazarus, profesor en el Department of Psychology at the University of California (Berkley), estudió las variables que confieren a la personalidad las características que la hacen más resistente ante las demandas de estrés. Teorizó que son aquellas que hacen referencia a las creencias, como el sentimiento de auto eficacia, el locus de control (percepción de autocontrol de la situación), la fortaleza, el optimismo, el sentido de coherencia y, personalmente yo añadiría la compasión, el no prejuzgar ni juzgarse, el contacto con la naturaleza, el no miedo al miedo, y el sentido el humor, del bueno claro, y sintiendo nuestro corazón con pensamiento amable.

“Tus creencias se convierten en tus pensamientos,
tus pensamientos se convierten en tus palabras,
tus palabras se convierten en tus actos,
tus actos se convierten en tus hábitos,
tus hábitos se convierten en tus valores,
tus valores se convierten en tu destino”
Mahatma Gandhi

Carles Soro
www.creaccion.co

Coaching postural

En el presente artículo tenemos por objetivo ofrecerte una serie de ejercicios para que realices periódicamente durante tu jornada laboral con el fin de mejorar la actitud postural de tu cuerpo.
Actualmente, el 65% de la población laboral trabaja frente al ordenador durante 6 o más horas al día. El hecho de que una parte importante de nuestro tiempo la pasemos en el trabajo debe hacernos conscientes de la necesidad de adoptar posturas corporales correctas con el fin de prevenir diferentes lesiones y problemas de salud. Una incorrecta actitud postural continuada que se repite durante años (posicionado de forma no adecuada frente al ordenador, por ejemplo) puede generar fuertes dolores, tensiones y contracturas en la región inferior de la espalda, fatiga muscular, malestar en zonas como el cuello, los hombros, las piernas y las manos.
Permanecer muchas horas sentado frente la computadora en una posición incorrecta, sobre todo con la columna flexionada, supone una sobre-exigencia para los músculos para-vertebrales, que están a los costados de la columna. Un músculo exigido por encima de su capacidad de trabajo se agota y empieza a doler; este dolor genera un reflejo que produce más contractura muscular, cuando hay una zona lesionada el organismo la inmoviliza para que deje de doler, de esta manera se origina un círculo vicioso de mala postura-contractura muscular-dolor. Esto finalmente origina una situación de dolor sostenido que debe tratarse.

¿Qué factores influyen en tu actitud postural?

Existen diversas variables que favorecen el establecer una postura correcta, entre las cuales se sitúan:
  • La disposición de tu entorno físico de trabajo: dónde está situado tu ordenador, orden de la mesa y cómo están distribuidos los elementos, etc.
  • Recursos materiales que utilizas para desarrollar tu trabajo: ¿tu mesa es suficientemente amplia? ¿Cómo es tu silla? ¿Compartes tu entorno?
  • Las diferentes posiciones que adopta tu cuerpo en cada momento, resulta indispensable el ir tomando consciencia sobre ellas. En este sentido, cuidar aspectos como altura de la silla y de la mesa, así como las distancias, contribuirá a que conserves mejor la postura.
  • Estado general de nuestra condición física, nutricional, emocional, etc.
  • Nivel de estrés.
  • Posibles lesiones musculares o esqueléticas que tengamos.

A continuación, os proporcionaremos una serie de ejercicios dirigidos a la mejora de la prevención, conservación y restablecimiento de la actitud postural durante la jornada laboral. Debemos hacerlos con frecuencia, siendo recomendable efectuarlos todos los días. Observarás los resultados rápidamente puesto que este tipo de ejercicios permiten la mejora a corto plazo pero, en el caso de no realizarlos con una cierta asiduidad también resulta fácil el perder lo ganado. Con esto quiero decir: los ejercicios posturales deben formar parte de nuestra rutina diaria.

El objetivo de estas sencillas rutinas posturales es el reequilibrio muscular, es decir, mejorar el tono de la musculatura que se encuentra elongada y permitir darle un respiro a la musculatura que, por acción postural, se encuentra retraída. La zona lumbar, por ejemplo, habitualmente está muy relajada y hace que el cuerpo no esté erguido. Debido a esto, el tono muscular de esta zona está poco desarrollado y puede generar dolor. Sin embargo, un encogimiento excesivo de los hombros derivada de una mala colocación de la silla puede derivar en un exceso de tensión muscular en esta zona y es conveniente relajarla.

Otros factores que ayudan a que mejoremos la postura son:
  • Una correcta respiración en el trabajo.
  • Técnicas de control del estrés: es muy positiva la identificación de elementos que nos generen estrés y actuar en consecuencia para contrarrestarlos.
  • Práctica de actividad física de forma regular.
  • Educación/Gestión emocional, organización del tiempo, planificación de eventos, etc.

Tener una correcta actitud postural en el trabajo te ayudará a que tu espalda, hombros, manos y piernas se encuentren en un buen estado de salud, haciéndote sentir muy bien. Así, la jornada laboral se convierte en una exigencia física que tu cuerpo afronta con garantías, por lo que se vuelve más placentera, alimentando de forma positiva el resto de tus funciones en el trabajo.
Según el caso, es posible que antes de la realización de estos ejercicios tengas algún tipo de dolencia muscular, derivado posiblemente de una acumulación de carga laboral. Si es así, te recomendamos que acudas a un fisioterapeuta u osteópata de confianza.
En caso de necesitar una atención más personalizada puedes acudir a un coach postural para que te ayude a ser consciente de tus necesidades posturales en el trabajo, tres o cuatro sesiones serán suficientes para establecer una correcta y motivadora rutina.

Jorge Lago
jorgelago@creartemagazine.com

Metáforas para el cambio: Cuéntame una Historia


"Los cuentos son la transformación creativa de la vida en sí en una experiencia más poderosa, más clara y más significativa. Son la moneda del contacto humano”, Robert McKee

Érase una vez una conferencia en Madrid donde estuve escuchando a los grandes maestros del coaching, aburrida y cansada. Pisó el escenario una mujer, se sentó en el círculo de los maestros y contó un cuento, con atisbos de cariño y emoción. Inmediatamente mi atención se conectó con ella, con los ojos brillantes y fascinada como una niña pequeña. Era Lisa Bloom, fundadora de Story-Coach Inc. Ese fue el día en que me sumergí en el mundo precioso de las historias para el coaching, gracias Lisa.

El mundo de los cuentos es grande y tiene una diversidad enorme. Aunque el mundo ha cambiado mucho, todavía nos enseñan verdades intemporales y sabiduría de una manera graciosa e indirecta y nos apoyan a dar sentido a nuestra vida que, en ocasiones, puede parecer complicada. Vivimos siempre deprisa y el escuchar un cuento nos proporciona un momento de tranquilidad, presencia y conexión profunda, nos ayuda a parar el ritmo y reflexionar sobre nosotros y nuestra vida.
Cuando contamos nuestras propias historias definimos cómo vemos la realidad, ya sea la historia de cómo encontramos a nuestra pareja o la historia que contamos para encontrar un trabajo. No sólo contamos hechos porque no somos solamente racionales. Somos emocionales y muchas veces las emociones nos hacen decidir. Las historias incluyen las emociones y pueden tocarnos a un nivel profundo, a veces incluso trabajar en nuestro subconsciente. Las historias de otras personas pueden inspirarnos o darnos esperanza. Nos muestran una perspectiva nueva, algo de lo que nunca hemos pensado, nos abren nuestros horizontes.

¿Qué es el poder de los cuentos en nuestra vida y en el coaching? Para mí, la mejor persona para contestar este es Lisa Bloom:

¿Qué es el poder de los cuentos para ti?

El poder de los cuentos es la capacidad de conectar con la gente a un nivel muy personal, de inspirarles y de realmente captar su atención. Desde el principio del tiempo nos hemos expresado a través de los cuentos y hemos transmitido nuestro sistema de valores y las cuestiones de la comunidad a través de estas historias.

¿Cómo nos ayudan los cuentos a entender nuestra realidad?

La gente cuenta historias todo el tiempo. Si por ejemplo es la historia de “cómo he llegado a estar dónde estoy ahora”, no necesariamente cuentan los hechos. Contamos opiniones, nuestro enfoque, nuestros puntos de vista. Te doy un ejemplo: Mi hermana y yo podríamos rememorar nuestra infancia. A veces no sé como crecía ella. En la mayor parte se trata de que cuenta una historia diferente debido a su experiencia personal y su sistema de creencias. Es su historia y es diferente de la mía, a pesar de que crecimos juntas. Las historias crean nuestra realidad. Si escuchas atentamente las historias de otros consigues mucho más que palabras. Consigues imágenes, opiniones, valores y mucha información de cómo la persona ve particularmente el mundo.

¿Qué es el poder de los cuentos en coaching?

Storytelling y coaching es una metodología entera para mí. Se trata de coaching en un nivel mucho más efectivo porque usas historias para acceder al estado más íntimo de la gente, para poder crear un cambio y nuevas perspectivas y para ayudarles a conseguir sus objetivos. Se trata de que inspiras a los clientes usando tu propia historia o cuentos. Te permite traerles a un lugar en el que nunca han pensado que pudieran estar.

¿Cómo nos ayudan historias a sanar nuestras vidas?

Tenemos historias con las que vivimos que generan dolor para nosotros. Cuando revelas esa historia de nuestras vidas y observas diferentes maneras para transformarla, mirando más al viaje, la transformación o al resultado que al dolor, alivias el sufrimiento y empiezas a sanar. Ser capaz de encontrar a alguien que escucha tu historia sin juicio y sin tratar de resolverlo, te permite contarla y es un proceso de curación.
A veces nos ayuda a curar nuestra situación cuando escuchamos historias que son inspiradoras porque podemos imaginarnos algo mejor.

¿Qué influencia tienen las historias en tu vida diaria?

Las historias son como soy yo. Me parece que puedo navegar por la vida de una manera más agradable cuando soy consciente de la historia que vivo.
Cuando se nos presenta una situación que no nos gusta o no se nos da bien, creamos dolor y tensión. Mucho de lo que vivimos es simplemente una historia que podemos contar desde muchas perspectivas. Se puede elegir contar una historia poderosa, hermosa, agradecida y contribuyente o se puede optar por compadecerse y victimizarse. Para mí, el decidir cómo cuento mis historias es una actividad del día a día.

¿Algo más que quieres comentar que todavía no te he preguntado?

Me gusta animar a la gente a que investiguen sus historias, aprendan un poco sobre ellas y asuman las responsabilidad sobre cómo contarlas, tanto las buenas como las menos buenas. Porque muchas veces simplemente no pensamos en esto y contamos historias que realmente no nos hacen demasiado bien. Una vez que hayas identificado estas historias, busca qué es lo que puedes cambiar en tu perspectiva para que puedas contarlas de una manera en la que te sientas mejor y que sirva para un mejor propósito. Esta es como podemos transformar nuestra vida y hacer un cambio significativo.

¿Nos explicarías un cuento que te guste especialmente?

Es realmente difícil, hay tantos... Creo que unos de mis cuentos preferidos es “El cuadro de la paz”. La razón por la que me encanta es porque su mensaje es muy poderoso, trasmite la idea de que incluso en los peores momentos, cuando todo parece destructivo, la paz es posible simplemente porque está en nuestros corazones, no hace falta buscarla en el exterior.

Por último quiero compartir con vosotros el maravilloso cuento de “El cuadro de la paz”:

Había una vez un rey que ofreció un premio al artista que pudiera pintar el mejor cuadro de la paz. Muchos artistas lo intentaron. El rey miró a todos los cuadros. Después de mucha deliberación se quedó sólo con los últimos dos y tuvo que elegir entre ellos.
Un cuadro era un largo tranquilo. El lago era un espejo perfecto de las montañas tranquilas que dominaban su alrededor. Encima, nubes suaves y blancos flotaban en un cielo azul. Todos los que miraron el cuadro dijeron que éste era el cuadro perfecto de la paz.
El segundo cuadro tenía también montañas. Estas montañas eran escarpados y desnudas. A lo alto había un cielo enfadado gris del que brotaba lluvia. Rayos destellaban. En el lado de abajo de la montaña caía una cascada espumante. No parecía ser un lugar pacífico en absoluto. Pero, cuándo el rey miró el cuadro de cerca, vio que detrás de la cascada había un arbusto pequeñito que crecía sobre la roca. Dentro del arbusto había construido un pájaro su nido. Allí, en el medio del torrente de las aguas turbulentas, se sentaba una madre pájaro en su nido. Ella era la imagen perfecta de la paz.
El rey eligió el segundo cuadro“porque” explicó, “la paz no sólo es un lugar donde no hay ruido, ni problemas, ni trabajo duro. La paz es, en medio de las cosas como son, encontrar tranquilidad en tu corazón. Ese es el verdadero significado de la paz”.

Natalie Jovanic
nataliej@jovanic-coaching.com

Feng Shui, del arte de equilibrar el espacio al arte de equilibrar el ser


Existen muchos artículos, libros y manuales sobre Feng Shui, así como expertos que han dedicado años al estudio de este arte de equilibrar las energías de la naturaleza para producir mejoras en la calidad de vida de los habitantes de un hogar. Es por ello que este artículo es una humilde intención de sintetizar esta sabiduría ancestral para que sirva de referencia rápida.
El éxito personal no tiene nada que ver con ordenar a otros, sino que es ordenarse a si mismo. Nobleza no tiene nada que ver con poder y rango, sino con auto realización. La auto realización, así como el mundo entero, se encuentra dentro del propio ser. La felicidad no tiene nada que ver con la riqueza y el status externo, sino que es un asunto de armonía interna. –Wen Tzu

Feng Shui significa, literalmente, Viento y Agua. En este sincretismo se resume la dualidad en todas las manifestaciones del universo y están representadas las dos fuerzas vitales más importantes. Toda la filosofía del Feng Shui se basa en el equilibrio de los opuestos para crear energía Chi de armonía.

Los tres conceptos básicos en el Feng Shui:
  • Tao: todo lo que es, todo lo que existe.
  • Yin/Yang: es la expresión de las polaridades que conviven en el mundo: frío/calor, femenino/masculino, energía/materia. Se trata de opuestos en convivencia armónica.
  • Chi: energía vital. Es un término muy utilizado en las artes marciales como el Tai Chi o el Karate así como en artes curativas como la acupuntura. En la tradición china, el movimiento del chi en el cuerpo es la base de la salud o de la enfermedad. Así mismo, se dice que el movimiento del chi en el espacio exterior puede determinar abundancia o adversidad.

El objetivo del Feng Shui es hacer que el Chi tenga: fluidez (movimiento), balance (armonía de los oponentes) y autenticidad (ser uno mismo, ser natural). Como seres humanos es el comprender la naturaleza cambiante de las cosas, fluir con los cambios, balancear las polaridades que habitan dentro de nosotros y respetar siempre nuestra esencia.
Para que la energía vital tenga fluidez es necesario, en primer lugar, crear un ambiente limpio y ordenado. Las acumulaciones de cosas que no usamos, que están inservibles o simplemente ‘por si acaso’ obstruyen el movimiento de la energía, atascando determinados aspectos de nuestras vidas. ¿Cuántas veces te has sentido pesado, deprimido, que las cosas no salen bien?
Echa un vistazo a tu alrededor y observa cómo está tu habitación, tu estudio o lugar de trabajo; quizá esto te de algunas pistas. Así como muchas veces acumulamos cosas, también acumulamos emociones dañinas o inútiles que, lejos de apoyarnos en la consecución de nuestros objetivos, nos aparta de ellos. Haz un alto en este punto de la lectura y tómate un tiempo para revisar el espacio que te rodea: observa los colores, recuerda cuando fue la última vez que limpiaste conscientemente tu coche, debajo de la cama o detrás del mueble de la televisión. 
Ahora busca dentro de ti aquellas emociones, resentimientos o cosas sin decir y cómo te hacen sentir; ¿te restan energía, te deprimen o molestan? Probablemente llegó el momento de hacer una limpieza ahí también para que empiece a fluir la energía de tu verdadera esencia.

La acumulación de cosas:
  • Detrás de las puertas, restringen la entrada de energía al hogar.
  • En los pasillos, impiden el flujo de energía vital, por lo que puede hacer que te encuentres con muchos obstáculos en las cosas que emprendes.
  • En la parte baja de la casa, influye en estados depresivos.
  • Debajo de la cama, ocasiona problemas de sueños.
  • Sobre los armarios: impide pensar con claridad y afecta la calidad del sueño. En general, si tienes muchas cosas acumuladas en estanterías que están por encima de tu visión, puede que seas de los que sufre frecuentes dolores de cabeza.
  • En los armarios: si tienes ropa, zapatos, carteras o accesorios que no has usado en meses, ¡dónalo, véndelo o tíralo: ¡está ocupando el espacio de las cosas frescas y nuevas que merecen entrar en tu vida!
  • Sobre el escritorio de la oficina: probablemente ya te sientas agobiado y cansado sin siquiera haber comenzado tu día.
  • Flores o plantes secas: no tienen energía, son preferibles las flores y plantas naturales ya que renuevan la energía vital y reciclan el aire.

El segundo aspecto fundamental, es el balancear las polaridades. En cada uno de nosotros habitan aspectos femeninos y masculinos, de luz y de sombra, el “ángel” y el “diablito”. No se trata de luchar contra aquellos aspectos que creemos que son “malos” o “buenos”, se trata de aceptar que podemos movernos entre ambos opuestos, siendo compasivos con nosotros mismos cuando estamos en la emoción que nos es más incómoda, y buscar la forma de balancearla. El equivalente en tu lugar de trabajo podría ser, por ejemplo: colocar plantas o flores naturales para reducir el stress y la estática producida por los ordenadores; incorporar colores que promuevan estados anímicos positivos; evitar los muebles con ángulos pronunciados para evitar conflictividad.
Además de las polaridades, es oportuno balancear los 5 elementos que están presentes en la naturaleza. Estos tienen asociados un punto cardinal, cualidades humanas y colores. Lo ideal es combinar estos elementos en la casa u oficina, para potenciar aquellas emociones o comportamientos que contribuyan con tu balance. Por ejemplo, un ejecutivo chino me comentó una vez que escogió su oficina en una torre alta (fuego), porque podía ver una montaña (tierra), con un río cerca (agua), colocó muebles con formas redondeadas (metal) y plantas (madera), de esta manera aseguraba la prosperidad. Muchas veces no es posible escoger tu lugar de trabajo, pero sí que puedes incorporar los elementos:

Agua

Norte
Independencia, Objetividad, Sanación, Espiritualidad, Flexibilidad, Energía Sexual
Color: crema
Cristal, vidrio, fuentes de agua

Tierra

Sureste, Noreste
Motivación, competencia, claridad mental, decisiones rápidas, comunicación, persistencia, sensibilidad
Color: tonos tierra, amarillo, marrón, blanco
Esculturas de arcilla, telas, alfombras, plantas

Metal

Oeste, Noroeste
Romance, placer, reconocimiento, organización, sentirse en control, liderazgo, sabiduría
Color: plateado, dorado, rosado, rojo pálido
Objetos de metal (nunca puntiagudos), reloj de péndulo

Fuego

Sur
Expresión, pasión, emoción, sociabilidad, orgullo, notoriedad
Color: Púrpura intenso, rojo
Lámpara de mesa, vela

Madera

Este
Ambición, Confianza, asertividad, actividad, nuevos proyectos
Color: verde claro
Plantas naturales

Si quieres profundizar sobre este tema, te recomiendo consultar con expertos en tu ciudad, quienes podrán hacer un estudio detallado de tus espacios y te darán una orientación más adecuada a tus necesidades. Si, además, quieres comenzar por tu feng shui personal, puedes escribirme. Por lo pronto, espero haber contribuido a incrementar tus opciones de cambio para lograr una vida más plena para ti y aquellos que te rodean.

Maria Teresa Febreiro
mt@creartemagazine.com

Ecología Emocional, el arte de vivir positivamente nuestras emociones


Convivimos con ellas, nos apasionan, nos liberan, nos hacen sentir vivos... nos inquietan, nos condicionan, nos esclavizan. Las emociones colorean todos los acontecimientos significativos de nuestra vida, las sentimos continuamente como parte de nosotros pero, ¿sabemos realmente lo que es una emoción? Nuestro mundo emocional es muy rico en paisajes y tonalidades, son códigos que debemos saber descifrar para vivir mejor y con armonía.

Emociones, ¿premios o castigos?

Se nos ha educado de forma que parece que haya afectos permitidos o buenos y otros negativos o malos y, por tanto, que no es lícito expresarlos o reconocerlos. Lo primero que tenemos que tener claro es que todos los afectos tienen su razón de ser, ¿os habéis preguntado qué pasaría si todas aquellas emociones que consideramos malas desaparecieran de nuestra vida? ¿Qué pasaría si el miedo, el enfado, la ira y la culpa dejasen de informarnos? ¿Quién nos protegería de los abusos y los errores? Es posible que nuestra existencia estuviese en peligro al no tener la información necesaria para efectuar cambios adaptativos.
Si tomamos como opción enmudecer las emociones llegaremos a la apatía, a la insensibilidad, a la vida anestesiada. Si, por el contrario, nos dejamos llevar por ellas sin intentar gestionarlas, entenderlas o descubrir la información que nos quieren dar, nos convertiremos en sus esclavos. Sólo si conseguimos hacer un buen trabajo entre nuestra mente racional, aquella que nos permite el análisis, la deducción y la argumentación; y nuestra mente emocional o sistema límbico, primitivo y arcaico que siempre está alerta para protegernos de las amenazas, será posible crear un clima de coherencia interna que nos permita dirigir adecuadamente nuestra conducta sin que ambos se interfieran y contradigan.
¿Cómo hacemos que nuestros dos sistemas operativos confluyan en uno? Cuando nuestro sistema límbico considera que se ha producido una situación que supone peligro o sufrimiento para nosotros coge el control, llegando a desactivar el sistema operativo racional y produciendo lo que se conoce como “secuestro emocional”. La única forma de poder controlar este proceso es conociendo nuestras emociones, esa parte primitiva que todos llevamos dentro y que nos configura como lo que Edgar Morin llama “el homo sapiens-demens”.
Es necesario detectar qué sentimos, traducirlo bien, dejar que los afectos fluyan y canalizarlos adecuadamente. La energía no debe bloquearse, necesita fluir. El miedo, la angustia, la inseguridad, los celos, la vergüenza... existen, como también existen la armonía, la seguridad, la tranquilidad, la esperanza y la generosidad. Todos enriquecen nuestro mundo emocional, coexisten y comparten el mismo nicho ecológico. Así, tal y como explican Jaume Soler y M. Mercè Conangla en su libro La Ecología Emocional, el proceso para gestionar una emoción adecuadamente es:

1) Sentir
2) Darnos cuenta de qué sentimos
3) Identificar el afecto dándole el nombre preciso
4) Traducir la información del mismo
5) Valorarla
6) Incorporarla a nuestro mapa de situación
7) Pasar a la acción, si es necesario, y dejar que el afecto fluya expresándolo o canalizándolo de forma no agresiva

Esclavitud emocional

Toda emoción es neutra, nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos con ella. Si nos aferramos y no las gestionamos adecuadamente de forma ecológica y adaptativa, corremos el riesgo de que, de forma parecida a lo que ocurre con las basuras, estos contenidos se vayan pudriendo y degenerando hasta llegar a resultar tóxicos para la persona que los contiene. Veamos algún ejemplo de cuáles son esas emociones que nos esclavizan y algunos breves apuntes para convertirlas en ecológicas:

ANSIEDAD: Deseo impaciente, espiral de la preocupación.

Mensaje cifrado: Tenemos dificultades en el tema del control, de alguna manera intentamos dominar las situaciones porque no queremos que la vida nos coja desprevenidos.
Estrategias ecológicas: Centrarse en el presente y en la reflexión, ocuparse en lugar de preocuparse, técnicas de relajación.

CELOS: Desconfianza, orgullo, envidia, venganza.

Mensaje cifrado: Indican que tenemos problemas de posesión, inseguridad y baja autoestima.
Estrategias ecológicas: Trabajar el autoconocimiento, la autonomía personal, los valores de confianza en los demás y aprender a identificar las propias cualidades y potencial interno.

CULPA: Sensación de peso, de desequilibrio interno, de inquietud, de asco hacia uno mismo, de insatisfacción, sufrimiento y remordimiento.

Mensaje cifrado: Nos informa de que hemos sido incoherentes hacia nuestras propias normas o criterios éticos y de que estamos en conflicto.
Estrategias ecológicas: Tener claro qué es lo que ha provocado el sentimiento de culpa, aceptación del error como parte de la naturaleza humana e intento de repararlo en la medida que sea posible, perdonarnos a nosotros mismos aceptando nuestras imperfecciones.

ENVIDIA: Espejo que muestra nuestra propia incapacidad, odio, frustración, soberbia.

Mensaje cifrado: Problemas con la generosidad, tendencia a valorar haciendo comparaciones constantes, falta de empatía con los demás y de seguridad en uno mismo.
Estrategias ecológicas: Trabajo de autoestima y de motivación para desplegar nuestros propios proyectos personales. Centrar la atención en uno mismo.

IRA: Hija de la frustración, el enfado, el mal humor. Altamente inflamable, si nos dejamos arrastrar por ella es fácil que nos veamos envueltos en una espiral de violencia.

Mensaje cifrado: Promueve la destrucción del obstáculo que nos priva de conseguir lo que queremos. Tiene una función inicialmente defensiva.
Estrategias ecológicas: En palabras del maestro tibetano Chogyam Trungpa, la mejor forma de relacionarse con la ira es “ni la reprimas ni te dejes arrastrar por ella”. O, como decía Séneca: “Contra la ira, dilación”, hacer una pausa, tomar aire y distancia para ver las cosas con perspectiva.

MIEDO: Emoción primaria que nos avisa de que podemos sufrir algún daño.

Mensaje cifrado: Basándose en nuestras creencias adquiridas, el miedo tiene como función avisarnos del peligro de pérdida.
Estrategias ecológicas: Detectar nuestros miedos y tomar conciencia, trabajar nuestras creencias, la misma situación vivida por distintas personas, con recursos y competencias emocionales distintas, puede desencadenar reacciones dispares. Donde uno ve un precipicio, otro ve una oportunidad. La vida no es como es sino como la vemos.

ODIO: Ira y rabia reprimidas. La voluntad de destruir surge cuando uno no es capaz de satisfacer la voluntad de crear.

Mensaje cifrado: Peligro, nos hemos equivocado en la dirección de nuestra conducta, arma de doble filo: hemos creado un vínculo en que la destrucción del otro también nos destruirá a nosotros.
Estrategias ecológicas: Trabajar sentimientos de respeto y consideración del otro como ser humano que piensa y siente por sí mismo, fomentar un modelo de persona responsable, rescatar el amor como antídoto universal.

TRISTEZA: Emoción primaria necesaria que llevamos en nuestro equipaje vital. Es la sensación de que alguien nos ha desconectado del flujo de la vida y nos quedamos al margen, en la frontera de todo y de todos, sin fuerza ni aliento.

Mensaje cifrado: La tristeza nos habla de detenerse, reflexionar y tomarse tiempo. Hacer un alto en el camino para observar nuestra vida y nuestras relaciones que nos permita valorar nuestros recursos y coger fuerzas para afrontar el futuro.
Estrategias ecológicas: Reconocer la emoción, respetar nuestro propio ritmo en el ser y en el hacer, verbalizar y efectuar un drenaje emocional sin juzgar ni censurar lo que sentimos o pensamos.

Energías limpias, renovables y ecológicas

“Sé feliz siempre que puedas y verás que, casi siempre, puedes ser feliz”, Antoni Bolinches

La energía no se crea ni se destruye, se transforma. Por eso debemos invertir esfuerzos en la búsqueda de energías renovables, ecológicas y sanas, energías que podemos encontrar en nuestro interior y que, si están trabajadas, nos permitirán ser personas independientes, equilibradas y maduras. La alegría, la curiosidad, el deseo, la fortaleza, el silencio, la soledad, la voluntad son algunas de ellas y, algunas otras, pertenecientes a ecosistemas protegidos que requieren una atención y cuidado especial, son el agradecimiento, la amistad, el amor, la compasión, la confianza, la esperanza, la felicidad, la generosidad, la serenidad y la ternura.
Aprende a disfrutar y a vivir tus emociones, a entender lo que quieren decirte, de qué te están avisando y cuál es la oportunidad que se esconde tras ellas para continuar conociéndote y creciendo día tras día. Me despido con una invitación para que profundices en la gestión de tus emociones con el taller de gestión emocional que se impartirá en febrero y en marzo, asumir la responsabilidad de decidir cómo vivir tu vida merece la pena.
Laura Maroto Ferrer
lauramaroto@creartemagazine.com