En nuestro segundo número de Crearte Magazine hablamos de cómo el
Feng Shui te ayuda a equilibrar la energía de tus espacios y cómo esto se
refleja en tu bienestar como persona. La acumulación de cosas hace que la energía
se vuelva lenta, se estanque y cause confusión. Incluso, dependiendo del área
específica de tu casa donde tengas desorden puede influenciar negativamente (e
incluso bloquear) el flujo de los eventos en un área específica de tu vida. Se
que la sola mención de deshacerte de cosas que guardas desde hace mucho tiempo
incluso puede causarte algún tipo de incomodidad emocional, es casi como una
terapia. Este post tiene como finalidad darte unos tips fáciles y rápidos para
poner en práctica en cualquier momento. Recuerda: siempre tienes la opción de
hacerlo o no, así como encontrar el momento perfecto, pero el solo hecho de
aportarte un posible beneficio merece la pena el intento, ¿no crees?. Así que
aquí vamos:
1. Habitación
- Saca todas las cosas que puedan
crear desorden visual (y energético) y que no pertenezcan realmente al
dormitorio. Esto incluye el televisor, cualquier aparato deportivo, cosas
relacionadas con el trabajo o con la oficina, artículos de almacenamiento y
similares.
- Limpia el desorden debajo de la
cama (si, todo lo que escondes o guardas por falta de espacio en otro lugar)
- Ordena y limpia a fondo tu
armario/closet. Regala o vende cualquier cosa que no hayas usado en mucho
tiempo. Por favor, se realista y olvídate de los ‘por si acaso’: si no lo has
usado en 6 meses o más es poco probable que lo uses ahora.
2. Cocina: en Feng Shui la cocina se
relaciona con el hígado y éste órgano es el que se encarga de desintoxicar el
organismo. Así que hazle un favor a tu hígado y a tu salud un gran favor ordenando
tu cocina.
- Ordena el refrigerador
- Limpia la estufa y todas las
ollas/fuentes y utensilios
- En lo posible, deshazte de los
limpiadores muy fuertes y sustitúyelos por otros más amigables con el medio
ambiente
- Limpia los cajones, superficies
e incluso cualquier fuente de luz
3. Entrada principal: en Feng Shui la
puerta principal se le llama ‘la boca del chi’ (o energía). Desde el momento en
el que entras por la puerta tu energía está buscando donde enfocarse, así que
tómalo en cuenta y hazle un favor a tus sentidos a través de un alivio visual.
- Quita todo artículo que tengas
en la puerta principal que realmente no deba estar allí: como las papeleras,
desperdicios o similares
- Si eres de los que todavía
recibe correspondencia en sobres (revistas, cartas, folletos, etc.) encuentra
una manera de lidiar con esos papeles. Remuévelos del piso o coloca un buzón
que permita acumularlos mientras los clasificas y desechas los que no te
interesan
- Si tienes un closet (o
ganchos), solo mantén los artículos de temporada. ¿Para qué tener abrigos
colgados ahí en pleno verano?
- Incorpora un sentido estético
de belleza a tu puerta principal; recuerda que es la primera impresión al
entrar a tu hogar, por lo que también determina la calidad de la energía (y de
tu humor)
Para comenzar, enfócate en estas 3 áreas ya que son las que están
más directamente conectadas a tu bienestar: claridad, pureza y dejar ir. Crea
un nuevo patrón en tu hogar para incrementar tu vitalidad y tu energía
personal. Ahora bien, si sientes alguna resistencia para comenzar, también te
ofrezco algunas opciones para motivarte:
- Abre todas las ventanas,
permite que el aire entre y siente la energía que fluye a través de tu casa
- Vístete con ropa práctica, que
te haga sentir ágil y cómoda (o), preferiblemente de fibras naturales como el
algodón
- Incorpora algunos colores del
elemento fuego (rojo, naranja, purpura, amarillo, rosa) para ayudar a
energizarte. Una vela, una flor, incluso algún elemento en tu ropa
- Coloca la música de tu agrado y
comienza con una pequeña área en la que te enfoques completamente
- Finaliza el proceso antes que
te sientas cansado (a) y ¡celebra y prémiate por haber hecho un excelente
trabajo!
Siguiendo estos sencillos pasos harás posible que una tarea
aparentemente aburrida se torne en placentera y divertida. ¿Estás listo (a)?...
¡venga!
Redacción